Alegaciones de Somos Carreño al PERPA (Plan de Residuos del Principado de Asturias)
A la Ilma. Sra. Consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente.
Asunto: Plan de Residuos del Principado de Asturias. PERPA
Destino: Dirección General de Calidad Ambiental.
En relación con la propuesta de “Plan estratégico de residuos del Principado de Asturias 2014-2024” sometida a información pública en el BOPA NUM. 223 de 25-IX-2015, así como a la Memoria de los cambios efectuados en la misma que la acompaña, Carlos López Álvarez, con DNI 10828463V y domicilio a efectos de comunicación en Candás, Calle Pedro Braña, nº 6, 4º Izda, en representación del grupo político SOMOS CARREÑO, hace constar las siguientes ALEGACIONES al documento:
Las presentes alegaciones afectan especialmente a los cambios efectuados en la propuesta del PERPA 2014-2024 respecto al documento previo sometido a información pública en febrero de 2013, por lo que para una mayor claridad expositiva tomaremos como referencia los diferentes apartados de la Memoria en la que se relacionan dichos cambios.
PRIMERO.- Sobre los “Cambios efectuados en la Propuesta de “Plan Estratégico de Residuos del Principado de Asturias 2014-2024 (marzo 2014)” a resultas del proceso de participación pública” (Apartado 3, pag. 7).
Se afirma en la Memoria que “el cambio más significativo es el que afecta a determinadas instalaciones para la gestión de los residuos domésticos y comerciales, aunque también se incorporan nuevas medidas relacionadas con la protección de la calidad del aire y la salud, el procedimiento de seguimiento y revisión del Plan, y el empleo que se prevé generar”. A este respecto hay que tener en cuenta en todo momento el principio básico rector de cualquier política de gestión de residuos tal y como lo establece la Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008, sobre los residuos, y que reproduce la Ley 22/2011, de 28 de julio, de Residuos y Suelos Contaminados: la gestión de los residuos se realizará sin poner en peligro la salud humana y sin dañar al medio ambiente. Además las medidas que se adopten en materia de residuos deberán ser coherentes con las estrategias de lucha contra el cambio climático. Pues bien, las modificaciones al Plan de Residuos que se pretenden adoptar no permitirán cumplir este principio rector básico. Y ello por las siguientes razones:
1- En cuanto a la Propuesta de gestión para los residuos domésticos y comerciales hay que decir lo siguiente:
- a) Se modifica a la baja la previsión de generación de residuos domésticosy comerciales en 2020 en 38.285 toneladas. En la página 18 del PERPA, se alude en el apartado de “prevención” a un plan de reducción de residuos antes de 2013, pero lo cierto es que dicho plan no se ha llevado a cabo dos años después de terminar el plazo. Tampoco se ha hecho política de prevención sobre la generación de envases ni sistemas de devolución de envases, lo que implicaría un cambio de modelo productivo y de consumo (Directiva 1994/62/CE, Ley 11/1997, de 24 de Abril, de Envases y Residuos de Envases; Real Decreto 2/1998, del 30 de Abril, por el que se aprueba el Reglamento para el desarrollo y ejecución de la Ley).
- b) Por otro lado se pretendeincrementar la recogida separada en origen para residuos producidos en hogares y comercios en un 95% en 2020, sin haber comenzado la separación en origen excepto en algún ayuntamiento aislado y sin haber concienciado a la población para que esa recogida comience a funcionar ya. ¿Se espera así incrementar la recogida separada en un 95% en 5 años? Si éste es el argumento para suprimir la construcción de la planta de basura bruta, creemos que es un brindis al sol. El plan no aporta medidas concretas y serias en las que se vea un cambio de modelo que permita acercarse siquiera a las cifras que se manejan.
- c) Reducir la capacidad de la planta de valorización energética en 30.000 t/año, (de 340.000 t/año a 310.000t/año en el nuevo Plan) es claramente insuficiente si la cantidad de residuos que entrarían en la incineradora van a disminuir en 38.285 los residuos domésticos y comerciales(pag.7), los residuos industriales en 30.000 t/año(pag.8) y los CDR se reducirán en 20.565 t/año (pag. 13). Ello contradice la necesidad de adecuar la gestión de residuos, justificándose en el principio de jerarquía y reciclaje. La Agenda o Programa 21, documento marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992, destaca, en su capítulo 21 dedicado a la gestión ecológicamente racional de los residuos sólidos, que:
“…el marco de la acción necesaria debería apoyarse en una jerarquía de objetivos y centrarse en las cuatro principales áreas de programas relacionadas con los desechos, a saber:
- a) Reducción al mínimo de los desechos.
- b) Aumento al máximo de la reutilización y el reciclado ecológicamente racionales de los desechos.
- c) Promoción de la eliminación y el tratamiento ecológicamente racionales de los desechos.
2- En cuanto a Protección de la calidad del aire y la salud (pag. 8) convertir toneladas de residuos en toneladas de cenizas y escorias no parece la manera más inteligente de resolver el problema: no basta con reducir las emisiones para cumplir con los límites establecidos, cuando existen alternativas a la incineración que no producen emisiones. En cuanto a las nuevas medidas añadidas:
- a) Los planes de la Calidad del Aire(pag.8 – 8.03 y 26.06), solamente informan, conciencian e investigan. La Directiva europea para los residuos peligrosos 2000/76, traspuesta en la legislación española en el R. D. 653/2003, se marca como objetivo la obligatoriedad de que su incineración no sobrepase la cantidad de 0,1 nanogramos de dioxinas y furanos por metro cúbico: sin embargo no existen dispositivos aceptables de medición, con lo que dicha limitación carece de eficacia en la práctica.
Además de los efectos para la especie humana que generan los desechos de las incineradoras, también son considerables los efectos para el medio ambiente. La producción de CO2 y de gases del efecto invernadero entran en claro conflicto con lo dispuesto en el tratado de Kioto, además de ser incoherentes con las estrategias de lucha contra el cambio climático como principio rector ineludible.
- b) Realización de estudios de salud pública (pag. 8, 26.05): Diversos estudios ya realizados indican que las incineradoras son la principal fuente de dioxinas en todo el planeta, según miembros del Comité Científico de la Dirección General de Salud de la Unión Europea. La Convención de las Naciones Unidas sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes a crear el Convenio de Estocolmo (22 de mayo de 2001) en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con el objeto de ordenar la eliminación del planeta de furanos, dioxinas y otros compuestos. El convenio fue firmado por España y posteriormente ratificado el 28 de mayo de 2004. El Convenio de Estocolmo está en vigor desde el 17 de mayo de 2005. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), clasificó a las dioxinas como potentes carcinógenos tipo I. Esta clasificación se basó en una limitada evidencia en humanos, en una suficiente evidencia en animales y en una exhaustiva información sobre los mecanismos bioquímicos por los que estas sustancias producen cáncer en humanos y en animales. Manolis Kogevinas, del Instituto Municipal de Investigaciones Médicas de Barcelona, ha aportado nuevas investigaciones basadas en estudios toxicológicos y de dosis-respuesta, clasificando como evidente el efecto carcinogénico de las dioxinas sobre los seres humanos expuestos a bajas dosis. Otros estudios publicados en el Journal of Epidemiology and Community Heath en 2003 han mostrado un excesivo riesgo de tener hijos con malformaciones congénitas o nacidos muertos de madres que viven en las inmediaciones de incineradoras. El Instituto Carlos III ha desarrollado un detallado estudio sobre cómo afecta a poblaciones en un radio de 5 km (Environment International 51 (2013) 31–44).
3- En relación con la creación de empleo (pag. 9), es evidente que sin la planta de basura bruta y sin un plan serio y real de reciclaje, la creación de 1.100 empleos directos carece de todo fundamento. Actualmente Cogersa cuenta con 200 trabajadores aproximadamente. ¿Cómo se aumentaría el número de trabajadores? por no hablar del empleo inducido e indirecto. Si el fin es la valorización energética no vemos de donde salen esos puestos de trabajo. A este respecto conviene recordar declaraciones realizadas en su día por el gerente de Cogersa, Santiago Fernández Fernández, defendiendo el Centro de Tratamiento de Asturias como emplazamiento idóneo de esta nueva instalación “por las sinergias con el resto de equipamientos existentes y en construcción”. Manifestó en aquella ocasión que la planta de incineración o de valorización energética de la fracción resto de los residuos sólidos urbanos, que Cogersa prevé poner en marcha como alternativa al agotamiento del Vertedero Central de Asturias en 2015, supondría la creación de 70 nuevos puestos de trabajo.
SEGUNDO.- Sobre el Modelo de Gestión para los Residuos Domésticos y Comerciales:
1- Producción de residuos domésticos y comerciales (pag. 11): Repetimos una vez más que obtener más de 200 mil toneladas de separación en origen es una quimera sin un plan de acción claro y efectivo. Alude el Plan al biorresiduo doméstico y comercial recogido separadamente que mantiene en 90.000 toneladas: si actualmente la recogida de biorresiduos está implantada solamente en 4 o 5 ayuntamientos y solamente en una zona pequeña de los mismos ¿cómo se va a llegar a las toneladas mencionadas? Por otro lado la planta de biometanización actual tiene una capacidad inicial de 30.000 toneladas anuales. No se habla de ampliarla y el coste sería altísimo. Una planta que tuvo un coste de 19 millones de euros. (pag. 12) Por último refiere una tasa de crecimiento de residuo doméstico hasta 2020 que no es real: en la memoria de Cogersa de 2014 se detalla que se recibieron 103.000 toneladas menos que el año anterior: ¿cómo se puede prever lo que pasará en 5 años?
2- Desaparición de la planta de clasificación de basura bruta y residuos destinados a valorización energética (pag. 12 y 13). Continúan en este punto las previsiones irreales de reciclaje en origen. La cifra de los residuos destinados a valorización energética que proporciona el Plan es el resultado, entre otras cosas, de la suma de la planta de clasificación de basura bruta, que no existe, y de rechazos de la parte de lodos secados térmicamente, cuando lo cierto es que tampoco existe planta para secar lodos térmicamente. Se está utilizando la planta de biometanización para hacerlo, pero si aumentara la recogida de biorresiduo doméstico y comercial en las 90.000 t. a las que hace referencia la memoria ¿serviría dicha planta de biometanización para secar lodos y tratar biorresiduo?. Y en cuanto a la energía generada, dada la normativa actual en el sector eléctrico ¿cómo se le daría salida?
3- Jerarquía de residuos (pag. 13): Se infringe el artículo 8.1 de la Ley 22/2011, al alterar el orden de la jerarquía de residuos que establece dicho artículo: el Plan prima la valorización energética al ser estos los únicos datos concretos que da de toneladas, residuos generados, etc. En cambio no efectúa un estudio de prevención, preparación para reutilización, reciclado ni otro tipo de valorización.
CONCLUSIÓN: La jerarquía de la gestión de los residuos se ha modificado en la Directiva 2008/98 CE, haciendo hincapié en prevención, reutilización y reciclaje. La UE avanza hacia una sociedad de “residuo cero”. Si se aplicara la legislación vigente hasta sus últimas consecuencias ahorraría 72.000 millones de euros al año, aumentaría el volumen de negocio en reciclaje en 42.000 millones y se crearían 400.000 puestos de trabajo. (Informe publicado por la Comisión de 29 Noviembre de 2011).
Por el contrario la valorización energética va en contra de los Planes de la UE (Programa General de Medio Ambiente de la Unión hasta 2020) que camina hacia la economía circular (residuo cero). No cabe la incineración en éste proyecto ya que la fiebre incineradora está afectando negativamente al reciclaje: las plantas incineradoras nunca tienen suficientes residuos, pero los contratos que firman los ayuntamientos con las incineradoras exigen que se queme determinada cantidad de basura al día. Esta situación desanima cualquier iniciativa destinada a mejorar las estrategias de prevención de la generación de residuos y desvía fondos de los programas de reciclaje y compostaje.