INFORME PLAZA LES CANDASES
A continuación reproducimos el texto íntegro del informe elaborado por la redactora del expediente para el nombramiento de la Plaza Les Candases, Raquel Prendes Fernández, concejala del grupo municipal SOMOS Carreño.
ANTECEDENTES
JUSTIFICACIÓN
Desde siempre la historia ha sido contada por los hombres, dada la sociedad patriarcal en la que vivimos. Y en esta historia de hombres, las mujeres han quedado a un lado, relegadas al ámbito doméstico y con ello también relegadas de su lugar en la historia.
En la actualidad en la Villa de Candás se pueden contar alrededor de unas 70 calles, de las cuales setenta tan sólo 8 cuentan con nombres de mujeres o que tengan relación con ellas.
Se hace pues necesario reconocer esta labor desarrollada por las mujeres, ya que los nombres de las calles de cualquier lugar hacen referencia a su historia, su cultura, a la gente que ha vivido en esa sociedad y ha ayudado en su avance. No deberíamos olvidar que aquello de lo que no se habla no existe.
No deberíamos permitir que la historia de “Les Candases” desaparezca de la memoria colectiva de nuestra sociedad.
Y el reconocimiento que el pueblo de Candás hace a “Les Candases”, debería ser también un reconocimiento a sus familias. Y por ende, a todas aquellas familias de desaparecidos y desaparecidas, asesinadas y asesinados durante el Franquismo, que aún con el abandono, algunas veces de la sociedad, y casi siempre de la justicia y las administraciones, han conseguido mantener vivo su recuerdo y su historia.
La historia de estas mujeres, se ha mantiene viva durante casi ochenta años gracias a ellas. Son sus hijas e hijos, sus nietas y nietos, sus biznietas y biznietos, los que con mucho dolor, pero también con enorme amor y orgullo, van manteniendo vivo ese recuerdo.
Necesitan seguir transmitiendo su historia, pero parte de esa historia, sigue sepultada.
A finales del año de 2016, las familias de “Les Candases” se ponen en contacto con la ARMH. La investigación no es fácil, pues hay poca (o nada) documentación oficial que verifique los hechos. Solo los testimonios de las familias, esos recuerdos transmitidos de generación en generación, y que serán sobre los que los investigadores empiecen a dar los primeros pasos.
Después de rebuscar en los Registros Civiles, Archivos Históricos, Eclesiásticos y Militares y recoger algún que otro testimonio oral de aquellos que vivieron en aquella época, después de cinco meses de duro trabajo, la investigación (en la que participaron una decena de investigadoras e investigadores), da por fin su fruto.
El 20 de Mayo de 2017, la ARMH, con la coordinación del equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el antropólogo forense Francisco Etxebarría, comenzaron los trabajos de exhumación en el cementerio de Bañugues. Trabajo arduo de investigación y excavación, que da sus frutos el sábado 21 de Mayo por la mañana, en el que aparecen los restos de una mujer, enterrados boca abajo, en un último intento de humillación.
En Junio de 2018, después de obtener el consentimiento del Ayuntamiento de Gozón y el del cura de la parroquia, para colocar una placa en la fosa, en memoria de “Les Candases”, las familias, se encontraron con la negativa de parte de los vecinos de Bañugues, quienes se negaban a que en la placa se nombrara “a uno de los bandos”. Nada se pudo o se quiso hacer al respecto.
Pero eso, tampoco fue suficiente para dejar que sus seres queridos dejaran en el olvido una vida de lucha por las libertades y una muerte cruel e injusta.
A finales de Septiembre de 2018, cada fin de semana, empezaron a movilizarse en la búsqueda de firmas. El objetivo, que “Les Candases” tuvieran su reconocimiento en su pueblo, en Candás, y con el apoyo de todos los vecinos posibles. Es emocionante oír a Sonia Santoveña Fernández hablar de esa búsqueda, y también de la sorpresa de que muchos vecinos, las animaban a seguir independientemente de su ideología. Esperanza, satisfacción y trabajo recompensado.
Hoy, ese reconocimiento está cada vez más cerca.
Pero no es un reconocimiento solamente a Les Candases y a sus familias, es un reconocimiento a tantas mujeres que lucharon por nuestros derechos y nuestras libertades. Es un reconocimiento a su historia, para que nunca se nos olvide, que es también la nuestra.
ACREDITACIÓN DE MÉRITOS
“Les Candases”, es el nombre con que se conoce al grupo de 8 mujeres, apresadas y torturadas en Candás el uno de Junio de 1938, y asesinadas y arrojadas al mar en el Cabo Peñas, el dos de Junio del mismo año.
Secunda Rodríguez Fernández. Nacío en Candás el 22 de Febrero de 1878. Madre del núcleo conocido como “Los Rondones”. Casada con Emilio Álvarez Rodríguez vivía con este, sus tres hijos Anselmo, José Aser y Guillermo, una hermana, Águeda.
Rita Fernández Suárez “Rita la Camuña”. Nació en Candás el 7 de Junio de 1917. Residía en una vivienda familiar sita en la Calle Paraguay, con sus padres y hermanas. Trabajaba como obrera conservera y durante la guerra, junto a José Aser “el Rondón”, se encargó de llevar el Socorro Rojo Internacional a Candás.
Rosaura Muñiz González. Nacida en Candás en el año 1880. Vivía en la calle Carlos Albo y trabajaba como obrera en Conservas Alfageme. Estaba casada con Lino Rodríguez Fernández, con quien tuvo seis hijos: Juan, Joaquín, Rosaura, Consuelo, Clementa y Ángeles. Las cuatro hijas militaban en el sindicato CNT y fueron evacuadas antes de caer el frente. Clementa y Consuelo estaban casadas con José Antonio y Anselmo, de la familia de “Los Rondones”.
Áurea Artime García. Nacida en Candás en el año 1862. Viuda de Victoriano López, con quien tuvo seis hijos. Madre de Ángel López Artime “Ángel de Áurea”, obrero de Conservas Alfageme y militante del sindicato CNT, fugado y escondido en los montes cercanos a Piedeloro.
Balbina López Artime. Nacida en Candás el 2 de Julio de 1903. Hija de Áurea Artime García. Trabajaba como obrera en Conservas Alfagme y militaba en el sindicato CNT.
Plácida López Artime. Nacida en Candás el 6 de Mayo de 1905. Hija de Áurea Artime García. Trabajaba como obrera en Conservas Alfagme y militaba en el sindicato CNT.
Daría González Pelayo. Nacida en Candás el 1 de Noviembre de 1875. Viuda de Rufino Menéndez con quien tenía tres hijos: Félix, María y Rufino. Sus dos hijos desempeñaron cargos de importancia dentro de la célula local del Partido Comunista. María y Rufino lograron escapar a Cataluña. Félix se encontraba escondido en el momento de la detención de su madre.
María Fernández Menéndez “La Papona”. Nacida en Candás el 6 de Octubre de 1891. Mantenía una relación con José Villayón García, con quien tuvo una hija, llamada María del Carmen. Trabajaba como encargada de la fábrica de Conservas Albo y formaba parte del comité de empresa, en representación de UGT.
RESUMEN DE LOS HECHOS.
Según la investigación acometida por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), para explicar la redada del 1 de Junio de 1938, debemos remontarnos al día 10 de Mayo de 1938, cuando el Negociado de Orden Público del Ayuntamiento de Carreño, confecciona una relación de “los individuos que han huido, y que han cometido crímenes y delitos, que han formado parte de las diferentes Directivas de los partidos de izquierdas afectos al frente Popular”, algunos ya en búsqueda y captura.
Ese mismo día, se recibe otra carta con una relación de los “individuos que han formado parte de los diferentes concejos durante todo el período rojo, que hubieran podido huir a Francia o poblaciones de Levante”, en la que aparecen 23 personas de Carreño. Algunos figuraban en ambas listas.
El Negociado, tiene la sospecha de que no todos los fugados de esa lista han conseguido salir del concejo. Es pues desde ese día 10 de Mayo de 1938, cuando comienzan su búsqueda. Una búsqueda, que daría lugar al asesinato de algunos de ellos, pero también a la desaparición y muerte de parte de sus familias. Búsqueda, que finalizó con una redada, perpetrada el 1 de Junio de 1938 donde se dio captura a las ocho mujeres hoy conocidas como “Les Candases”.
Todas a excepción de María Fernández Menéndez, fueron apresadas por su relación directa con tres de los huidos.
Anselmo “El Rondón”, era uno de estos huidos, aunque en realidad no había podido escapar cuando cayó el frente. Se escondía en un zulo bajo una cama en la casa de su madre sita en la plazuela de Enrique Alau. Allí junto a su madre, vivían dos de los hermanos de Anselmo, José Aser y Guillermo, y una hermana menor de Secunda, Águeda, que sufría problemas psíquicos desde la muerte de su padre.
El día 1 de Junio, Águeda fue preguntada en la tienda mientras hacía la compra, para quien era el vino, según los informes existentes, de manera capciosa, a lo que ella contestó que era para “Anselmín”. Tras este incidente, un chivatazo alerta a los falangistas que van a buscarle a casa de su madre. Anselmo consigue escapar por la parte de atrás del edificio, e intenta huir corriendo. En la persecución, se produce un tiroteo en el que resulta herido. En ese mismo tiroteo, muere el falangista Fermín González González, a causa de una bala de sus propios compañeros.
Los falangistas deciden acusar de dicha muerte a Anselmo, para no tener que sufrir las consecuencias del incidente, con lo que se inicia una venganza que va más allá de la tortura y asesinato de él. Ese mismo día, detienen a su padre Emilio, sus hermanos Guillermo y José Aser, su madre Secunda Rodríguez Fernández y su vecina y compañera Rita Fernández Suárez “La Camuña”.
Tras el arresto, son llevados al centro de la Brigada de Investigación y Vigilancia que se encontraba en “Casa Genarín” , edificio que hoy alberga al Ayuntamiento de Carreño.
Anselmo es arrastrado allí a pesar de las heridas de bala, mientras le golpean y humillan. Al llegar frente a casa de su suegra, ésta viendo desde la ventana la tortura y crueldad a la que estaba siendo sometido, les llama asesinos. Era Rosaura Muñiz González. Esa misma noche es arrestada y llevada también al centro de la Brigada.
Otro de los huidos de la lista era Ángel López Artíme, “Ángel el de Áurea”. Trabajaba en la fábrica de Alfageme, y lideraba la central de la CNT de la industria conservera de Candás. Tampoco sabían los falangistas donde se encontraba, si huido o escondido. Como medida de presión, detienen a su madre y sus hermanas, ese mismo día 1 de Junio. Eran Áurea Artime García, Balbina López Artime y Plácida López Artime. Sus otras dos hermanas, se encontraban fuera de Candás.
Cuando Ángel, escondido en Piedeloro , se entera de las detenciones decide entregarse. Le pide ayuda al cura de dicha parroquia, intentando así que diera parte de su deseo de entrega en Gijón, en el intento de salvar la vida de sus hermanas y su madre, y la suya propia. No lo consigue. El párroco hizo la denuncia pertinente en Candás.
Cuando fue arrestado y llevado al centro de la Brigada de Investigación y Vigilancia de Candás, su madre y sus hermanas ya habían sido asesinadas.
Félix Menéndez González, trabajaba como latero en una conservera de Candás. A diferencia de su hermano Rufino y su hermana María que habían logrado escapar a Cataluña, se encontraba al parecer, escondido en una casa de El Regueral. Allí le llega la noticia de la detención de su madre, acompañada de las mismas amenazas para forzar su detención. Tampoco sirvió su entrega para salvar la vida de su madre. Era Daría González Pelayo.
María Fernández Menéndez, “La Papona”, fue arrestada también el día 1 de Junio de 1938. Trabajaba como encargada de la fábrica de Albo, y formaba parte del comité de empresa de UGT. Quien la conoció, la recuerda por su generosidad y entrega. Sin temor a las represalias, ayudó a varios perseguidos, y según cuentan, diariamente se acercaba con comida, para alimentar a los presos que se hacinaban en la fábrica Mardomingo, en Candás. Esa noche, registraron su casa. Según el informe presentado por la ARMH, “Al parecer, durante la inspección que realizaron en su domicilio, comprobaron que tenía escondido a uno de los hombres detenidos esa jornada, cuya identidad desconocemos”. Fue conducida al centro de la Brigada de Investigación y Vigilancia, junto con el resto de detenidos.
Según los informes de la ARMH, a la detención, le sigue una noche de torturas y vejaciones.
El camión con los prisioneros y prisioneras, sale de Candás hacia el Cabo Peñas la mañana del dos de junio de 1938. Según las investigaciones, se cree que viajaban en el al menos ocho mujeres y cinco hombres, todos de Candás. Esta sería la lista:
- Emilio Álvarez Rodríguez , “El Rondón” (57 años)
- Anselmo Álvarez Rodríguez, “El Rondón” (33 años)
- José Aser Álvarez Rodríguez, “El Rondón” (30 años)
- Guillermo Álvarez Rodríguez, “El Rondón” (16 años)
- Áurea Artime García (76 años)
- María Fernández Menéndez “La Papona” (46 años)
- Rita Fernández Suárez “La Camuña” (21 años)
- Daría González Pelayo (62 años)
- Balbina López Artime “de Áurea”(34 años)
- Plácida López Artime “de Áurea” (31 años)
- Félix Menéndez González (37 años)
- Rosaura Muñiz González (58 años)
- Secunda Rodríguez Fernández (59 años)
En los días siguientes al dos de Junio, la mar comenzó a devolver los cuerpos por la costa en diferentes playas y pedreos de la costa de Gozón. Según los testimonios, la conmoción por dichas apariciones, hace que el párroco de Luanco, de cuenta del malestar a los responsables de Falange, hecho al parecer, motivaría en asesinatos posteriores, la utilización del cerro de San Antonio.
Aparecen pues, los cuerpos de cinco hombres, y los de cuatro mujeres: En la playa de Bañugues, dos cuerpos (una el mismo día dos, y otra el día tres). El día cuatro, una tercera en Las Botadas. Los cuerpos de estas tres mujeres son recogidos por los vecinos de la zona, y enterrados en el Cementerio Parroquial de Bañugues.
El séptimo día, aparece el cuerpo de otra mujer en Muniello. Esta, será sepultada en un prado cercano a la playa.
Las dos últimas, son encontradas el 4 de Julio. Una en El Pedrero y otra en El Reduso. Estas, son enterradas en el cementerio de Viodo.
Sólo dos hermanas de Rosaura, pudieron trasladarse a la playa de Bañugues, con intención de identificar a su hermana. Según contaron, los cadáveres no podían ya ser identificados por los rasgos físicos, pero si que uno de los cuerpos, llevaba aún puesto un mandil en el que podían verse bordados los números de identificación que Rosaura tenía en la fábrica de Conservas Alfageme.
Los cuerpos de las mujeres que la mar quiso devolver a tierra, y que fueron encontradas durante los días que siguieron desde su muerte hasta el 4 de Julio, fueron enterrados, pero nunca fueron identificados.
En el informe de la ARMH, aparecen dos publicaciones del Boletín Oficial de la Provincia. Una del 27 de Junio de 1938, desde la Comandancia Militar de Marina de Asturias (Gijón), que hace referencia a la aparición de los cuerpos de tres mujeres y un hombre. La segunda, del 1 de Agosto de 1938, de la Ayudantía Militar de Luanco, se refiere al cuerpo de una mujer.
La Comandancia Militar de Marina de Gijón, ordena instruir un sumario. Varios médicos, bajo supervisión del juez instructor, presencian las exhumaciones y realizan las autopsias: de las mujeres enterradas en Bañugues, que volverán a ser inhumadas en el mismo lugar así como de la mujer encontrada en Moniello, que posteriormente será enterrada en el cementerio de Luanco. Nada concluyó de estos trabajos. Nada trascendió públicamente sobre aquellas mujeres enterradas sin funerales, sin despedidas, sin nombres.
Sólo la lucha incansable de sus familias ha conseguido mantener viva su historia.
La propuesta de dar nombre a un espacio en el callejero candasín como la Plaza de Les Candases, fue aprobada por mayoría del pleno del ayuntamiento de Carreño el 24 de mayo de 2019, con los votos a favor de PSOE, SOMOS Carreño e IU y la abstención del PP.