En la comisión de hacienda del pasado 22 de noviembre la interventora explica que, a la vista de los datos, está claro que el ayuntamiento va a incumplir con estabilidad presupuestaria. Estos números no serán los definitivos puesto que el dato definitivo será al cierre del ejercicio de 2019 pero indican una tendencia clara y confirman que no se va por buen camino.
En los datos registrados de ejecución presupuestaria en la plataforma estatal para el tercer trimestre puede verse un desfase negativo de 841€ para un objetivo, previsto en el Plan Económico Financiero (PEF) aprobado por el pleno, de 49.467€. Quiere decir esto que hasta la fecha se ha excedido el gasto en una cantidad considerable.
La interventora no aporta informe al tratarse de una dación de cuentas de los datos de ejecución presupuestaria trimestral que se deben reflejar en la plataforma del Ministerio de Hacienda. Se emite informe sólo al final del ejercicio 2019 con el balance total de la cuenta anual.
De la interpretación de estos resultados de ejecución presupuestaria se puede extraer que el hecho de estar en prórroga presupuestaria (ha sido 2017, último ejercicio en que se aprobaron unos presupuestos, un año especialmente positivo en ingresos, no así los años posteriores sin presupuesto) sumado al peso del capítulo 1 (costes de personal: financiación de incrementos salariales y sobre todo un exceso de horas extras) ha provocado un desfase considerable (empezamos el Plan Económico Financiero con un desfase de aproximadamente 400.000€ y hoy tenemos 841€.). Además, y muy importante: no se ha contenido el gasto lo suficiente. Se ha gastado como si no estuviésemos sometidos a un PEF. A la vista está que la efectividad del Plan ha sido nula.
Como conclusión, el PEF se prolongará otro año más, puesto que la efectividad en este primer año ha sido bastante escasa. Los datos a fin de ejercicio ya apuntan a negativos, sin poder prever cuál será la cantidad final de incumplimiento que habrá, podría rondar de nuevo los 400.000€.
La interventora considera fundamental que haya un presupuesto en 2020, no es la varita mágica, pero amortiguaría lo suficiente los desequilibrios contables. De no aprobarse un presupuesto se desconocen las consecuencias de ir a otra prórroga presupuestaria, pero sin duda el escenario sería muy muy feo.
Lo grave es que estando como estamos se ha seguido gastando como si nada. Está claro que hay una falta absoluta de dirección económica sensata y centrada en la contención del gasto. Los bandazos en la política económica de este ayuntamiento demuestran una falta clara de línea y de proyecto que nos va a sumir en un escenario aún más incierto que el del fin de 2019. A este despropósito hay que sumar el hecho de que se han pactado con el PP bajadas de impuestos que no harán otra cosa que reducir aún más los ingresos.